« I got chills, they're multiplying, and I'm losing control. »
Nuestra vida es controlada a diario por números, y somos tan cínicos que a pesar de odiar la mayoría las Matemáticas, nos dejamos llevar y gobernar por los números en sus diferentes formas. El mejor ejemplo es el tallaje de las prendas, sobre todo las inferiores. Parece que la sociedad está clasificada en dos grupos: los que pertenecen a la 38 o tallas inferiores y los que pertenecen a la 40 o tallas superiores. Del mismo modo, hay dos clases de estudiantes: los que pertenecen al 7 o notas inferiores y los que pertenecen al 8 o notas superiores. Para profesores, empresarios y diseñadores no somos humanos, no tenemos huesos, sólo somos números. A ninguno de ellos les importan nuestra aspiraciones, nuestros sueños, nuestras opiniones o nuestra situación personal. Sólo les importa el número que tenemos y que nos representa más que nosotros mismos. Si perteneces al grupo de la talla 38 o superiores o al del 7 o notas inferiores no vales la pena. No van a fijarse en ti. No van a mirar tus antecedentes familiares para descubrir si tu complexión y metabolismo es hereditario, ni tampoco si tienes algún tipo de problema personal que te impide estudiar cuando deberías hacerlo (o mejor dicho, cuando ellos quieren que lo hagas). Y yo, a estas alturas de mi vida, me sigo preguntando por qué nadie es capaz de ver a las personas como lo que son, como gente que siente y padece, en vez de preocuparse únicamente porque las mujeres entren en una 34 o tengan mínimo una media de 8. Somos más que jodidos números. Somos personas. Que le jodan a las cifras.
s u n g l a s s e s - STRADIVARIUS. |•| v e s t - SECOND HAND. |•| t - s h i r t - CHOIES.|•| w a t c h - DANIEL WELLINGTON.|•| p a n t s - ZARA. |•| p l a t f o r m s - ZUCA.
Estamos convencidos de que el capitalismo y la globalización son dos movimientos que benefician el desenvolvimiento y progreso de la sociedad. En cambio, yo cada vez estoy más convencida de que cuanto más globalizado está el planeta, más deshumanizadas estamos las personas, fijándonos únicamente en el exterior cuando lo práctico, lo realmente práctico, es el interior: donde está el cerebro, donde está la inteligencia, donde está la razón. Somos una especie racional, pero cada día me encuentro a más personas cuyo raciocinio no supera al de un chimpancé recién nacido.
Cabreada con el mundo como estoy, procedo a explicaros las fotos de esta entrada. Como veis, es un outfit muy simple pero al que suelo recurrir la mayor parte de los días para ir a clase. Decidí romper con la monotonía del vaquero y el blanco (aunque el mensaje de la camiseta de CHOIES sea cojonudo a más no poder) sumándole al conjunto dos prendas con estampado de leopardo: las gafas y los zapatos, que son de una tienda local de mi ciudad, Santiago, que descubrí gracias a una de sus trabajadoras cuando ésta se puso en contacto conmigo.
Además, a partir de ahora veréis una novedad en mi brazo: este reloj de DANIEL WELLINGTON que no me quito de encima. Creo recordar que el último reloj que tuve era de la Sirenita, con ocho años, pero este modelo me gustó tanto que cuando la marca me propuso colaborar con ellos me apeteció muchísimo descubrir de nuevo qué se sentía al poder mirar la hora en tu muñeca y no en el móvil. La experiencia fue gratificante, aunque con lo torpe que soy espero no estamparlo contra una pared para que pueda durarme al menos un par de años.